Muestra al principio algo de indiferencia, pero hazte notar (nadie ama lo que ignora).
Hacerse indispensable
Hazte indispensable y luego quita de golpe todo el interés, cuando menos lo espere. Tras eso, aplica paulatinamente la regla anterior. “Hacerse indispensable. Más se saca de la dependencia que de la cortesía; el satisfecho vuelve inmediatamente la espalda a la fuente. La primera lección de la experiencia debe ser entretenerla, pero no satisfacerla; así se conserva la dependencia que los demás tienen; incluso la del Rey.”
Romper el ritmo
Utiliza la técnica del estímulo intermitente: un día dale cuerda y toda la atención del mundo y al siguiente ninguna, así en forma alterna: atención-indiferencia. No lleves ritmo en nada de esto. “No obrar siempre igual. Así se confunde a los demás, especialmente si son competidores. No hay que obrar siempre de primera intención, pues nos captarán la rutina y se anticiparán y frustrarán las acciones. Tampoco hay que actuar siempre de segunda intención, pues entenderán la treta cuando se repita”.
Ser impredecible
Nunca mantengas un comportamiento predecible y siempre amable, tienes que ser cambiante e impredecible. “Confundir a los contrincantes significa actuar de tal manera que les impida mantener la mente en calma. Intenta varias maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar al contrincante que ahora vas a hacer esto, después lo otro, y a continuación algo distinto, hasta que veas que empieza a estar desconcertado, y así ganar a voluntad”.
Emplea cierto misterio (pero no te hagas el misterioso). A todos nos atrae el misterio, es bueno emplearlo.
Hasta el proximo consejo.
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